jueves, 19 de julio de 2007

La Siembra














































Se preparada la tierra con el sudor de la pareja de vacas y la del amo que sujetaba la manilla fuertemente con sus brazos, consistía en esparcir el grano por la tierra, usando como recipiente, una quilma o saco, atados dos de sus extremos y formando una bolsa que se sujetaba con un brazo al hombro, dejando el otro libre para, a ritmo acompasado, ir esparciendo el contenido del recipiente y así cargando cuantas veces fuese necesario con aquella pesada simiente,previamente un poco encalada y sulfatada, para cubrir la tierra deseada.
El abono tradicional de excrementos de los animales mezclado con paja, hierba sobrante, también hojarasca u otros productos de la tierra, usados como mullido de los animales en los establos, servía como germinador único de toda clase de simientes, desde los cereales a las legumbres.
Este abono natural se transportaba en carro hasta la tierra y era costumbre depositarlo en pequeños montones equidistantes, usando para desalojarlo del carro el horcón y que más tarde se esparcía con la horca por toda la tierra de manera uniforme.
Estas labores por supuesto eran previas al trabajo de rielva, labores, cuya misión era múltiple, pues al tiempo se enterraba el grano y el abono y la tierra así vuelta, se esponjaba y oxigenaba para la mejor nascencia del simiente.
Había varias clases de arados:el arado de madera, estaba formado fundamentalmente por la camba , trozo de madera en curva, empalmado a la vara mediante simples abrazaderas y a cuyo extremo, simulando una cremallera, provisto de varios agujeros se introducía un cabijo como sujeción, para establecer mayor o menor separación de los animales, en medio de los cuales se colocaba, fijándose mediante una correa o "sobeo", al yugo que uncía la pareja de vacas.
La camba era el soporte de las piezas más importantes del arado y así en el extremo de la curva que roza la tierra, se instalaba un brazo igualmente resistente, en que se alojaba la reja, única pieza de hierro, en un ángulo apropiado, regulado mediante cuñas para dar la adecuada profundidad a la arada. En los laterales de este robusto brazo se disponían, uno a cada lado, los cabijos correspondientes, cuya finalidad era abrir lo necesario el surco a trazar. En la parte trasera de la camba, sobre la misma cuña en la que se alojaba el brazo que sujetaba la reja, también se disponía la manilla, uno de cuyos extremos se alojaba, como digo, en la camba y el otro hacía de guía, bien sujeto por unos brazos que en casos, retemblaban al surcar el terreno.
En la antigüedad este tipo de arados debían servir para todo tipo de cultivos, pero cuando empezaron a usarse los de hierro, estos quedaron para labores como la siembra de patatas, si la humedad del terreno así lo aconsejaba.
Los Arados de hierro, ya más perfectos, trabajaban mejor la tierra, por cuanto disponían en el montante de la reja, de una pieza muy importante: la Vertedera. Esta pieza sujeta a la reja, que ya formará parte de todo tipo de arados que en el futuro se fabriquen, es una plancha ondulada y ovalada, que hace, al hincarse la reja en el terreno, voltear la tierra, sacando a la superficie lo que la profundidad de la arada permita y enterrando cuanto en la superficie se halle.
Más tarde vinieron a completar a estas , múltiples variantes, como los arados reversibles, las gradas,cuatrisurcos con cuatro o más rejas, cuya misión se encomendaba cuando el movimiento de la tierra debía ser superficial, en labores de siembra para cubrir el grano o simplemente para limpiar pequeñas brozas de hierba ligera,aunque se solía utilizar mas el rastrillo para ello.

Por supuesto la labranza no terminaba con el abono,limpieza,siembra,cuidados.......,mas tarde había que recoger los frutos de la tierra y para ello se cortaba el trigo o se sacaban las patatas que previamente habíamos enterrado con ayuda del arado.

Se llegaba a la tierra al amanecer y surco a surco,el brazo mas fuerte al arado y el resto recogiendo las patatas y llenando los sacos,pasaban la mañana hasta llegar a una comida sobradamente ganada y,unas veces a la sombra del carro y otras a la sombra de algún chopo cercano,avellanos......se daba cuenta de ella y se descansaba el tiempo que la tarea que aún faltaba permitiese ese día,dejando que pastasen y descansasen también las vacas.

Al final del día se llenaba el carro de sacos y con la misma pareja de vacas con la que se había arado,se partía con el carro a casa,lleno de patatas,el arado.....

Llegados a casa se "empinaba"el carro en el corral y se escogían las patatas por tamaños,para guardar unas hasta el año siguiente,para ser utilizadas en la siembra y las otras en la "patatera"donde serian la base de la alimentación en invierno,dado que casi cada día se desayunaba un buen plato de patatas,utilizándose además en otros muchos platos.
El amor que antes se depositaba en el surco abierto, regado con el sudor del labrador allá quedó en el tiempo y rápidamente en el olvido. Allá quedaron los almuerzos que la mujer preparaba de mañana y a buena hora, ella o sus hijos más pequeños, llevaban al campo, donde el "amo de la casa", reposaría unos momentos, para resarcirse del cansancio, engulliendo aquellas viandas de sopas o garbanzos según la hora y un torrezno sabroso aderezado con perejil y al tiempo dar descanso a los animales y quizás un poco de hierba y agua, para luego empezar nuevamente el monótono arrastrar del arado.


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