sábado, 24 de noviembre de 2007

Adivinanzas

Las Adivinanzas
Las adivinanzas son frases populares que, de una manera encubierta, describen algo para que sea adivinado por los que las escuchan.
Estos juegos infantiles tienen como objetivo entretener y divertir a niños y mayores pero ademas, contribuyen al aprendizaje, la enseñanza de nuevo vocabulario, de las tradiciones.....
Eran un entretenimiento propio de las largas noches del crudo invierno, de las tardes de verano, etc.. Se aprendían, al amor de la lumbre, del abuelo o de algún hermano mayor; y se repetían en el recreo (a hurtadillas si contenían algún taco o palabra malsonante) con el fin de deslumbrar a los compañeros o compañeras con los conocimientos adquiridos la jornada anterior.
Arrastra el ratón pulsado,para leer la solución.

Blanca por dentro, verde por fuera, si quieres que te lo diga espera. LA PERA
Entre dos piedras feroces, sale un hombre dando voces. EL PEDO
Adivina, adivinanza, ¿cuál es el ave que pone en la paja?. Otro contestaba: LA GALLINA (y el primero decía "mierda para quien lo adivina").
Una señorita muy aseñorada, que siempre va en coche y siempre va mojada. LA LENGUA
Una taleguita muy talagueada, una taleguita muy remendada y sin ninguna puntada. LA CEBOLLA
Largo, largo, como un pino; y pesa menos que un comino. EL HUMO
Entre dos paredes blancas, hay una flor amarilla, que se puede presentar a todo el reino de Sevilla. ¿Qué cosita es?: EL HUEVO
Largo, largo, como una soga; y tiene dientes como una loba. LA ZARZA
Largo, largo, como un camino y cabe en un pucherino. EL HILO
Por un caminito va caminando un bicho, el nombre ya te lo he dicho. LA VACA
Al revolver una esquina me encontré con un convento, las monjas vestidas de blanco, la superiora en el centro, más arriba dos ventanas, más todavía un par de espejos y en lo más alto la plaza donde pasean los caballeros. LA CARA
Te la digo, te la digo, te la vuelvo a repetir; te la digo veinte veces y no la sabes decir. LA TELA
Más de cinco mil hermanos, entraron por un "bujero", sacaron nombre de hembra y el de varón lo perdieron. GRANOS DE TRIGO CONVERTIDO EN HARINA
En verdes ramas nací, en molino me estrujaron, en un pozo me metí, y del pozo me sacaron a la cocina a freír. EL ACEITE
De verde me volví negra y me molieron con tino, hasta que al final del todo, de mí hicieron oro fino. LA ACEITUNA
Una cajita chiquita, blanca como la cal: todos la saben abrir, nadie la sabe cerrar. EL HUEVO
Estando sano me cortan, sin ser enfermo me curan y en lonchas o pedacitos, dicen que estoy exquisito. EL JAMON
¿Qué alimento ése será que suelen llevar en un cesto y dicen que está más fresco cuanto más caliente está? EL PAN
Te lo digo y te repito y te lo debo avisar, que por más que te lo diga no lo vas a adivinar. EL TE
Tengo cabeza redonda, sin nariz, ojos ni frente, y mi cuerpo se compone tan sólo de blancos dientes. EL AJO
El agua la da, el sol la cría y si el agua le dale quita la vida. LA SAL
Oro parece, plata no es, el que no lo sepa un tonto es. EL PLATANO
Una señora muy enseñoreada, con el sombrero verde y la falda morada LA BERENJENA
Una pregunta muy fácil sabiéndola contestar, ¿qué planta se riega justo, cuando la van a cortar? LA BARBA
Treinta y dos sillitas blancas en un viejo comedor, y una vieja parlanchina que las pisa sin temor. LA BOCA
Dos hermanos sonrosados, juntos en silencio están, pero siempre necesitan separarse para hablar. LOS LABIOS
Dos negritos, se quieren juntar, pero un cerro no los deja pasar. LOS OJOS
Juntos vienen, juntos van, uno va delante, otro va detrás. LOS PIES
No son flores, pero tienen plantas y también olores. LOS PIES
Qué parentesco tendrás con la hija de una dama que está con papá casada? LA HERMANA
De tus tíos es hermana, es hija de tus abuelos y quién más a ti te ama. LA MADRE
Dos hermanas, mentira no es, la una es mi tía, la otra no lo es. LA MADRE
Este banco está ocupado por un padre y por un hijo. El padre se llama Juan el hijo ya te lo he dicho. ESTEBAN
¿Qué ser es el que anda de mañana a cuatro pies, a mediodía con dos y por la noche con tres? EL HOMBRE
Si lo ves, es invierno; si lo guardas, pereces; cada día lo tomas mas de mil veces. EL ALIENTO
Es, cuando no es, y no es, cuando es. ¿Qué es? LA MENTIRA
Si la tengo, no te la doy y si no la tengo te la doy. LA RAZON
¿Qué es, qué es, del tamaño de una nuez, que sube la cuesta y no tiene pies? EL CARACOL
Dos torres altas, dos miradores, un quitamoscas, cuatro andadores. EL TORO
Rompe y no tiene manos, corre y no tiene pies, sopla y no tiene boca, ¿Qué te parece que es? EL VIENTO
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo. EL ANILLO
¿Qué cosa, qué cosa es? que vuela sin tener alas, y corre sin tener pies. EL TIEMPO

martes, 13 de noviembre de 2007

Manda tus imagenes (Gentes)






"EL ALTILLO" Por partida doble.































































¿Te encuentras en la fotografia?
Sitio.Planta baja de la escuela,junto al callejón.
(actualmente está el deposito de la calefacción)

















Las procesiones,parte indispensable de cada fiesta:







Los últimos del cole. ¿1978?



F.C. Santibañez de Resoba


sábado, 3 de noviembre de 2007

¿Pantano de Pineda?
EL DIARIO PALENTINO
22 de Junio de 1984.
Primer Premio del Concursos Fuentes Carrionas.


Recordaba habérselo oído al abuelo, que si en el plazo de no sé que tiempo no lo construían, las aguas pasarían a Cantabria, y, por las veces que después lo oyó, pensaba que quizás fuese una historia mucho más vieja que el mismo abuelo, tan repetida que ya ni se creía en ella; todo lo más si se mencionaba en alguna conversación ociosa de la solana.
Hoy esas palabras quedaban lejos, y ahí, sentado en un rincón, con el recorte de periódico en las manos, lo leía mecánicamente, impotente ante la inminencia de lo que hasta ayer parecía una fábula. No había duda. Allí estaba escrito: Influencia que en aspecto ecológico y paisajístico ocasionaría en el entorno natural de Fuentes Carrionas la construcción de un pantano para embalse del agua del río Carrión en el Valle de Pineda. Era un concurso periodístico-literario. Una oportunidad para decir que no; que los responsables abandonaran la oficina y pasasen unos días en el valle. ¿convertirían Pineda en un lodazal cubierto de agua? Acaso fuera sólo un problema de amor y fantasía que no podían comprender, pero era preciso decirles que aquí había gente que iba a sufrir, gente llena de amor y de recuerdos, y que lo único que tenían en esta vida era un poco de tierra: su tierra.
Pineda...Demasiados recuerdos para ahogarlos sin dolor. Cómo rememorarán luego aquellos días de sol y siega, de siesta y repiqueteo de dalles a la sombra de la cueva de El Pucherín. ¿Cómo olvidar el día de Campuluengo en el que un trago de la bota hermanaba cada año esos pueblos vecinos? El agua de la Oncella, los arraspanos del Pozo del Pucherín, los lirones de la Majahondón, la fuente de La Teja, el chozo y la tenada, y cuántas cosas más. Pero no era el momento de ponerse sentimentales; el problema tenía también dimensiones físicas y presentes: unos pueblos se iban a quedar sin un terreno que necesitaban para sus animales, los pescadores, sin el mejor tramo de río, los montañeros, sin una ruta hacia El Curavacas y Fuentes Carrionas, los bañistas, sin su pozo de El Pucherín y sin sus tiendas, y todos se quedarían sin Pineda.
Y esa belleza natural ¿a dónde irá? El brezo y la escoba ya no podrán descolgarse desde lo alto para escuchar el murmullo del río y refrescarse en su brisa suave. Demasiado mágico para reducirlo a palabras. Estaba claro que hablar de Pineda era como hablar del ser amado que no está, todo es nostalgia de su presencia, y sólo quien alguna vez haya sentido ganas de gritar o haya derramado lágrimas de abundancia de sí, sabe de esa fusión íntima con la tierra.
Seguía sentado, cada vez más insatisfecho, pues no estaba con lo que escribía. Su pensamiento iba y venía más allá -o más acá- como un torbellino, buscando la causa de ese desasosiego que la sola posibilidad de que Pineda se convirtiera en pantano le producía. Era un cúmulo de sensaciones que en el papel podían resultar confusas, acaso intransferibles y fantasiosas. Tan pronto pensaba en el puente romano de La Venta, como en las merinas rizadas y con otro acento que subían buscando los pastos; en los lebaniegos con sus cerezas, nueces y manzanas, que venían buscando el trigo, la avena o el centeno; en aquello centinelas que vieron como derribaban el puente Tebro, y que no dijeron nada por miedo y porque aquella no era su guerra; en todas esas cosas que contaron sus mayores y que tanto le agradaba escuchar. Pero sospechaba que se estaba dejando llevar por un sentimentalismo atávico de afectada exageración.
¿Un pantano en Pineda? No acababa de entender que a dos pasos más abajo estuvieran los embalses de Compuerto y Camporredondo,y casi siempre, con caudal mínimo de agua. ¿Sería por lo del pleito con Cantabria? Y aún así, ¿habían hecho balance de las ventajas y beneficios? No dejaba de ser una ironía el hecho de ser una zona de pantanos y sin embargo, hacía poco que tenían luz eléctrica y, menos aún, agua corriente. ¿Vendría el pantano a poner una dificultad más a la ya difícil vida de estos pueblos?
Primero fue la reserva ¿parque natural? El venado despunta la pradera temprana, el jabalí la ara, el primero recorre los trigos, el segundo las patatas, el lobo sigue tras los ganados, el zorro tras las gallinas..; está claro, aquí sobra el hombre, sí, ese que sólo quiere vivir tranquilo, con lo justo para sobrevivir, pero tranquilo. Ahora tiene miedo, y es que desconoce las reglas legales, se siente vigilado por ojos que no ve, por motos que no siente, y duda de todo, y es que es un hombre sencillo que contempla impotente cómo le van acorralando en su propia casa.
Sacudió la cabeza con fuerza. ¿Qué estaba escribiendo? Estaba dolido por todo y porque no era capaz de hacer algo, de luchar por eso que él creía. Si estaba haciendo esto era porque quería hacerse eco de ese descontento general que la construcción del pantano de Pineda había suscitado, y porque no comprendía que se pudiera cargar con lo que le echaran sin decir nada; le exacerbaba tanta pasividad, y al mismo tiempo dudaba de cualquier acción.
Era consciente de que la historia carece e memoria para esas cosas que, en la mayoría de los casos, constituyen las salsa personal de la vida. Sabía que el mundo avanzaba la mayoría de las veces en dirección contraria a la voluntad humana, que lo que el hombre había creado se había escapado y hoy estaba a merced de sus inventos. Igual que estos folios, que estaban escapándose de sus manos. Volvió otra vez los ojos al recorte del periódico. Lo único que el podía decir al gran público era que se acercaran a Pineda, a Fuentes Carrionas y sus gentes. Entonces no harán falta palabras; muchos de ellos se quedarán olvidados para siempre en cualquiera de sus valles, se dormirán al arrullo del rió, se extasiarán con sus resplandores opalinos y no olvidarán sus transparencias.
Se daba cuenta de que todo podía haber sido muy diferente, acaso más claro, pero era ya muy tarde para empezar de nuevo. Pudiera ser que sirviera para algo, y si no, le quedaba la esperanza. Aunque quizás todo hubiera sido un sueño de su imaginación. ¿habrá más gente que se sienta desarraigada si construyen el pantano de Pineda?
Siguió sentado hasta que empezó a sentir fríos los pies. Debía de ser ya muy tarde. Se fue a la cama. Quizás no lo construyan, quién sabe."